martes, 20 de noviembre de 2012

in ten si dad

Sintió que se iba de Buenos Aires casi a rastras, como si fuese por compromiso. Sintió que si se hubiese dado la oportunidad de pensarlo quizás se habría quedado. Pero también sintió, en el fondo, que esa no era una opción. Así que se dejó llevar y simplemente viajó, interpretando aquel recorrido. Un recorrido que fue a la vez largo por la cantidad de días, corto por los lugares que quedaron por conocer y justo respecto a lo que necesitaba su estado de ánimo. Por eso hablaba de él como un viaje intenso. Estaba lleno de contradicciones. Habían pasado por lugares que ya conocía, le habían quedado en el tintero otros pocos y había visitado nuevas tierras, todo eso a lo largo de ese mes y medio. Había aguantado una subida de horas que resultó agotadora y escalado una montaña que parecía llevarla a la cima del mundo y, también, había gozado del oseo de pasarse un día entero mirando películas, jugando a los dados, leyendo y durmiendo siesta. Había cocinado a la intemperie en algunas ocasiones, cuando estaban en carpa, y con cocina cuando se hospedaron en hostel. Había tenido que hacer uso de todos sus abrigos para poder mitigar el frío y, en el mismo día, había sido víctima de una fuerte insolación. El corazón le dolió tanto que por momentos sintió que lo tenía literalmente roto. Pero también vivió alegrías, novedades, aventuras y algo que la llenó de energía y la hizo sentir más plena que nunca. Padeció un terrible pico de ansiedad y, en el mismo recorrido, encontró la paz interior. Quizás eso tenga que ver con el hecho de que se llenó de preguntas pero también encontró varias respuestas. Se pasó el viaje con la misma gente de siempre pero también con aquellas personas que jamas volvería a ver. A pesar de extrañar a su familia por momentos, supo apreciar el goce de la distancia que tanto parecía necesitar. Tuvo pesadillas y también sueños felices, peleas y reconciliaciones, amor y desamor. Sufrió y disfrutó, quiso y odió, murió y vivió. 
Se sintió intensa durante todo el viaje: intensamente triste, intensamente en paz, intensamente ansiosa, intensamente feliz, intensamente acompañada e intensamente sola. Ella lo describía como lo había vivido. Lo describía exactamente así: como un viaje intenso. 

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