viernes, 3 de agosto de 2012

"Nada es más perfecto que este cielo igual de enojados que nosotros" le mandé a un amigo mientras estaba afuera, en el balcón, haciéndole compañía a la lluvia (¿o la lluvia me hacía compañía a mi?)
"Lo mejor" me respondió "es estar juntos en nuestro enojo, los tres".

Genial. Vacío total. Como siempre que no estás. Y entonces llegó el llamado de ella. "Igual no sé si el día está como nosotras o nosotras estamos como el día" le comenté. Me inquietaba esa cosa de pensar que si capaz no estuviese así de mojado, hubiera ido a la facu y después a su casa. Pero en cambio le pedí a mamá que me prepare un café y me tiré a ver la película más triste que encontré con Pepa. Entonces ¿yo me puse como el día o el día se puso como yo?
Ella, segura, sentenció que el día estaba como nosotras. "El cielo está así porque sabe que es un día para estar así y nada más que así".
Me convenció. Creo.

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