lunes, 5 de marzo de 2012

La mejor forma de pensar en el otro

- ¡Estás aburrida! ¡Estás aburrida y lo sabes, no estarías aquí si algo no te faltara!
- ¡Arrogante! ¡Maldito desgraciado!
- ¿Quieres quedarte conmigo?
- ¿Quedarme contigo? ¿Para qué? ¿No te das cuenta? ¡Ya estamos peleando!
- ¿Y qué? ¡Siempre lo hacemos! Es normal. Tú solo dime cuando me comporte como un maldito arrogante y yo te diré cuando me irrites (que por cierto, lo haces la mayoría del tiempo). No me da miedo herir tus sentimientos.
- ¿Y qué?
- No va a ser nada fácil. Va a ser muy duro, tendremos que trabajar en esto todos los malditos días y me gustaría hacerlo porque te quiero. Quiero que estés conmigo para siempre, solo tú y yo. ¿Puedes hacer algo por mi? Imagina como sería tu vida dentro de 40 o 30 años ¿Cómo la imaginas? Si él está en lo que ves, vete, lárgate, ya te perdi una vez y creo que podría volver a soportarlo. Si eso es lo que quieres, bien, pero no tomes el camino fácil.
- ¿Qué camino fácil? No hay camino fácil. Haga lo que haga alguien saldrá herido.
- Deja de pensar en lo que los demás quieren. Deja de pensar en lo que yo quiero, en lo que él quiere, en lo que tus padres quieren. ¿TU qué quieres? ¿Qué es lo que tu quieres?
- No es tan simple...
- ¿Qué es lo que tú quieres?

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